Este verano del 2010 hemos asistido a una nueva vuelta de tuerca en cuanto a la presión sobre el conjunto de la sociedad de uno de esos colectivos privilegiados a los que aún les parece poco lo que ganan y mucho lo que trabajan. Los controladores aéreos parece que no estaban conformes con ganar cerca de 400.000 euros al año (de media) y trabajar unas 1700 horas anuales (o sea, 154 horas al mes, unas 38 horas semanales). Su método de presión ha sido "ingenioso": cerca de un 70% de bajas laborales por cansancio psicológico. La ciudadanía que necesitaba viajar en estos días, de rehenes en los aeropuertos. Caos en las entradas y salidas, extensible al resto del continente. Pésima imagen de un país que, nos guste o no, vive en gran medida del turismo.
Reflexiones al caso:
1. ¿Realmente todo trabajador por cuenta ajena tiene derecho a la huelga? Históricamente, éste fue uno de los logros del movimiento obrero en su lucha durante los siglos XIX y XX, pero no creo que ninguno de sus impulsores y de quiénes murieron por defenderlo estuviera pensando en este tipo de trabajadores.
2. El Ministro de Fomento ha reaccionado con dureza pero utilizando los recursos que la ley proporciona. ¿Cuál es el problema?
3. ¿Por qué se están sucediendo últimamente huelgas o paros encubiertos de sectores profesionales que coinciden muy poco con la clase obrera? El derecho a la huelga debe ser para quién realmente tiene que defender unas condiciones salariales o de trabajo justas, no para consolidar privilegios o status económicos muy por encima de la media.
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