jueves, 20 de octubre de 2011

UN DÍA HISTÓRICO

Hoy, 20 de octubre de 2011, es un día que, estoy seguro, pasará a la Historia (con mayúsculas, sí). ETA ha anunciado el final de la lucha armada, el final de su violencia terrorista, sin condiciones y sin obtener nada a cambio. Lo pueden disfrazar de lo que quieran pero, hoy, ETA ha sido derrotada. Su triste trayectoria pasa a ser materia de los libros de historia en los que habrá pocas líneas que valoren algunas de sus acciones y muchas páginas que resalten los obstáculos que puso a la construcción de la democracia en España hasta el punto de ponerla en peligro más de una vez.
Sí ha habido vencedores y vencidos, por mucho que se empeñen algunos en disimular el resultado. Ganó la democracia, ganaron los españoles, y los vascos, que resistieron durante décadas el chantaje y la violencia; ganaron los que nunca se atrevieron siquiera a pensar en tomarse la justicia por su mano, los que no convirtieron "el conflicto vasco" en una guerra civil al estilo de Irlanda del Norte; ganaron los que primero se enfrentaron a Franco y, después, tuvieron que sufrir el acoso de estos salvapatrias de pacotilla. Y la victoria no ha sido por la mínima. Hoy, todos los que han sido algo en ETA están o muertos o en la cárcel, y fuera sólo quedan los restos. Hoy, los "valientes" que amenazaban amparándose en el difuso pero objetivo miedo que provocaban los terroristas, están en sus casas, relamiéndose las heridas y comprobando que lo que justificaban no ha tenido ningún sentido.
Hoy, también, es día de mirar hacia adelante, al futuro de un país ya definitivamente en paz. En los próximos días seguro que aparecerán los aguafiestas de turno para advertirnos que ha habido contrapartidas, para exigir una condición más que certifique lo que ya es una realidad. Son, aproximadamente, los mismos que, en los inicios de la transición española, señalaban que se abría una época de reconciliación y que había que olvidar el pasado, es decir, los asesinatos de la Guerra Civil, las ejecuciones de la posguerra, cuarenta años de dictadura y la persecución de las personas por sus ideas políticas. Esos mismos, que echan pestes de una Ley de Memoria Histórica que sólo pretende enterrar con dignidad a los que quedaron en las cunetas o en las fosas comunes, se permitirán el lujo de darnos lecciones sobre cómo no perdonar ni olvidar a estos otros asesinos, que lo son. Pero ya se delatarán ellos solos porque no sabrán disfrutar de la victoria que hoy se ha conseguido.
Pero no hagamos como ellos. Sepamos disfrutar de la victoria y empecemos a preparar el futuro. Para el País Vasco, Euskadi o Euskal Herria, como lo quieran llamar, se abre un futuro ilusionante pero cargado de tareas. La fundamental, recomponer unas relaciones sociales muy heridas por décadas de odio y violencia hasta dejar un entramado enfermo que llegaba a justificar el asesinato incluso de niños como parte del juego. Se va a tardar mucho en arreglar todo eso pero hoy es el primer día de ese proceso y espero, y deseo, que acabe bien. Enhorabuena a todos los que se sientan concernidos a disfrutar de este día histórico.

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Profesor de Historia en un Instituto de Cantabria.

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