domingo, 15 de septiembre de 2013

CATALUÑA Y SU CAMINO A LA INDEPENDENCIA

Este pasado miércoles 11 de septiembre una significativa parte de la ciudadanía catalana ha querido expresar de forma absolutamente pacífica su estado de ánimo. Las cifras hablan de más de millón y medio de participantes en la cadena humana pero casi es lo de menos. Lo que se hace cada vez más evidente es que allí está pasando algo y el resto del Estado español no lo ve o no quiere verlo. Eso si por Estado español nos referimos a la clase política que sobrevive (y muy bien, por cierto) en Madrid y aledaños.
Desde las más diferentes instituciones españolas se ha respondido o con el desprecio o con la negación o, en el mejor de los casos, con la apelación a la ley, es decir, la Constitución, ahora sí intocable (en agosto del 2011 cuando lo exigió Europa ya no era tan intocable). Es más, se puede plantear la siguiente hipótesis: si siguiera vigente la actual Constitución de 1978 en todos sus aspectos y TODOS los ciudadanos residentes en Cataluña quisieran la independencia, ¿qué haría el Estado español? ¿Negar la evidencia? Hasta las Cortes franquistas en 1975 se autodisolvieron para dar paso a un nuevo régimen franquista. A ver si va a resultar que esta "maravillosa" democracia resulta más inmovilista que una dictadura.
No quiero embarcarme en disputas históricas porque apelar a la Historia para defender ideas políticas actuales tiene mucho de riesgo y también de engaño. Todo el mundo acaba encontrando un proceso histórico que justifica sus reivindicaciones. Yo sólo quiero apelar al concepto de ciudadanía democrática que siempre se ha defendido desde este blog.
En primer lugar, se debe reconocer que quienes viven en Cataluña tienen derecho a elegir la fórmula política que mejor les convenga y les represente. Sí sería deseable que esa elección se hiciera con plena consciencia de lo que supone, en lo bueno y en lo malo, pero sin demagogias ni alarmismos.
En segundo lugar, creo que a España y a Cataluña les iría mejor juntas que separadas pero no deja de ser una opinión personal. Me gustaría que todo lo catalán siguiera enriqueciendo este país, como creo que lo español (castellano, andaluz, murciano, gallego,...) ha servido para enriquecer Cataluña. En cualquier caso, reitero que eso, lo de seguir unidas, va a ser una decisión de los catalanes y, quizás, también del resto de españoles.
Por último, mi propuesta sería celebrar dos plebiscitos simultáneos, uno en Cataluña y otro en España, sobre la base de la siguiente pregunta, clara y concluyente en cuanto a la respuesta: ¿Quiere usted que Cataluña forme un Estado independiente de España?

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Profesor de Historia en un Instituto de Cantabria.

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