Soy consciente de que lo que voy a dejar escrito en este blog no es políticamente correcto, al menos no en España. Desde una posición absolutamente desapasionada y entendiendo otros puntos de vista (daría especial relevancia a la de los ciudadanos residentes en estas dos ciudades norteafricanas), creo que los episódicos problemas y tensiones que allí se generan sólo son el resultado de un proceso descolonizador inacabado o mal resuelto. Nos guste poco o mucho el régimen político instaurado en Marruecos, la inmensa mayoría de países y diplomacias entienden que los aspectos geográficos, no los históricos, determinan en gran medida la soberanía sobre un determinado territorio. Es cierto que en la Península todavía quedan restos de épocas ya trasnochadas en las que la fuerza militar y diplomática jugaba con la soberanía de ciertos espacios o enclaves geoestratégicos. Pero todos deberíamos admitir que esos tiempos ya pasaron y que por mucho que se pueda alegar que Ceuta y Melilla son territorios españoles desde hace 500 años no debemos olvidar que están en territorio marroquí y africano. Esperemos no tener que recurrir a lo que ya pasó en las primeras décadas del siglo XIX. También se alegaba que los territorios americanos del sur tenían soberanía de la Corona hispánica desde hacía tres siglos y, al final, tras una cruenta guerra esos territorios se independizaron. Ya pasó el tiempo del colonialismo europeo, también el de las guerras, y sería preferible que, mediante una negociación pacífica que tuviera en cuenta los derechos de los habitantes de esas ciudades, de una forma u otra pasaran a soberanía marroquí.
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