domingo, 13 de diciembre de 2009

Aminatu Haidar: dignidad y coraje del pueblo saharaui.

Se cumplen creo que 25 días de la huelga de hambre de Aminetu Haidar. Pocas veces en la historia más reciente una persona, una mujer en este caso, ha tenido la ocasión de poner en jaque a dos Estados, uno integrado en el mundo más desarrollado (España) y otro presentado como baluarte y muro de contención del islamismo radical (Marruecos). Con todas sus maquinarias puestas a pleno rendimiento, ninguno de esos dos Estados ha podido, hasta el momento, ser capaz de persuadir a Aminetu de abandonar su huelga de hambre y comienza una nueva etapa en este conflicto marcada por el creciente nerviosismo de los gobiernos marroquí y español. Quiero presentar aquí mis reflexiones sobre todo ello, señalando, en cualquier caso, mi pleno apoyo a la lucha, personal y como representante del pueblo saharaui, de Aminetu Haidar, que nos está haciendo redescubrir la fuerza de las mujeres de ese castigado continente que es África.
1. Sin entrar en disquisiciones legales o pseudojurídicas, entre las posiciones marroquí y española me quedo con esta última. ¿Por qué? Entre no dejar entrar en tu país a alguien que no ha escrito lo que tú quieres que escriba en un papel (nacionalidad marroquí, no saharaui) y aceptar, por razones humanitarias, a alguien que ha sido rechazada en otro territorio, desde luego prefiero esta última opción. Es indudable que el gobierno español también ha cometido errores, fruto casi todos ellos del reverencial respeto con el que se llevan las relaciones con Marruecos y de la necesidad, casi obligación, de defender ciertos intereses económicos. Pero, por encima de ello, no se nos debe olvidar que este problema lo inicia Marruecos no dejando entrar en su país a una ciudadana de un territorio reconocido por la ONU y puesto, de momento, sólo bajo administración marroquí.
2. Las dudas entre la razón de Estado y el derecho de Aminetu sobre su propia vida me parece que también caen del lado de esta última. Es su decisión, sabe el riesgo que corre y lo asume. Al gobierno español no le queda otra que seguir insistiendo en la presión diplomática a Marruecos, no sobre Aminetu.
3. El trasfondo histórico: España tiene una responsabilidad histórica en el Sahara de la que viene haciendo dejación desde 1975. Ya sé que los gobiernos actuales no tienen nada que ver con la vergüenza que se cometió en las vísperas de la muerte del dictador, ni con las tropelías y cesiones que se vienen haciendo desde entonces hasta hoy. Pero cualquier gobierno que tenga un mínimo de dignidad y aspire a ejercer algún papel en el concierto internacional debe asumir los errores y desvaríos de sus antecesores, al tiempo que procura corregirlos. En su momento,vendimos a los saharauis a Marruecos casi por un plato de lentejas. Quizás es que no nos sentimos muy orgullosos de nuestro pasado colonial, pero debemos de asumirlo al menos para intentar que aquellos territorios que fueron colonias nuestras tengan una salida política digna tras el período de ocupación. En definitiva, que España debe implicarse plenamente en la resolución YA del conflicto saharaui, apelando a todas las instancias internacionales posibles y poniéndose a la cabeza de la justa reivindicación para la libre determinación del pueblo saharaui.

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Profesor de Historia en un Instituto de Cantabria.

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