lunes, 17 de enero de 2022

LOS PROBLEMAS DE NO LEER (O ENTENDER) BIEN.GANADEROS CÁNTABROS CONTRA GARZÓN.

     Seguimos con el bulo y la tergiversación de las declaraciones del ministro Garzón a The Guardian (hace más de un mes) y que, por mor de la precampaña para las elecciones autonómicas en Castilla y León, más las ganas de convertir el bulo en noticia (lo que dure) y el desconocimiento de la realidad de mucha gente, han acabado por convertirse en el tema estrella del primer mes del año.

    Esta vez ha sido el diario más vendido y leído en Cantabria el que no ha querido perder la ocasión de enfangar un poco más el terreno cual si de una piara se tratara para meterle los dedos en la boca a una selección (el criterio de la misma queda a gusto del medio, claro) de ganaderos de nuestra Comunidad Autónoma para conseguir el vómito plasmado en el titular de la noticia aparecido en la edición de ayer domingo 16 de enero (hoy en la web): Los ganaderos cántabros contra Garzón: "Este señor no tiene ni idea de lo que habla".

    Vamos por partes. Anotemos lo que REALMENTE dijo el ministro, literal: "Aquí hay que diferenciar entre la ganadería industrial y la ganadería extensiva. Ésta es una ganadería ecológicamente sostenible y que tiene mucho peso en determinadas regiones de España como puede ser Asturias, parte de Castilla y León, incluso de Andalucía y Extremadura". Quizás se pueda anotar un primer error del ministro, no citar Cantabria y algún otro territorio, pero, más allá de eso, ¿algún ganadero cántabro se siente identificado con la ganadería industrial? O, en sentido inverso, ¿no se sienten aludidos cuando el ministro habla de ganadería extensible y ecológicamente sostenible? Si es así, ¿dónde está el problema? Creo que con un mínimo de comprensión lectora se puede sacar la conclusión de que las declaraciones de Garzón vienen a defender el modelo ganadero dominante (por no decir exclusivo) de esta tierra. No habrá sido, entonces, esta parte la que hayan utilizado los ganaderos que participan en el reportaje del citado diario para dar pie al titular de la noticia. Busquemos en otra parte de la entrevista en el periódico británico.

    Un poco más adelante, Garzón señala: "Lo que no es en ningún momento sostenible es la que llaman las de las macrogranjas (...). Pero es que, claro, cogen un pueblo de la España despoblada, meten 4.000 cabezas de ganado allí, o 5.000 o 10.000, contaminan los suelos, contaminan el agua y después normalmente se exporta ... Es una carne de peor calidad". De nuevo hago la misma pregunta: ¿Algún ganadero cántabro que se siente aludido por los ejemplos de explotaciones ganaderas que señala el ministro? Desde luego, ya adelanto que los tres que hablan en el Diario Montañés, no lo creo. Y dudo que haya alguna explotación ganadera de ese tamaño en nuestra Comunidad Autónoma.

    Y rematemos la faena con el último fragmento que reproduzco, literalmente, de esas "tremendas y desafortunadas" declaraciones del ministro: "Teóricamente, los ganaderos de ganadería extensiva deberían estar de acuerdo con nosotros porque nunca hemos dicho que no hay que comer carne sino que hay que reducir el consumo de carne y que la carne que se consuma sea así". Entiendo que con esto último se refiere a consumir carne de ganadería extensiva, pero vete tú a saber, igual ando algo escaso de comprensión lectora.

Repasada la literalidad de las declaraciones del ministro, sólo cabe hacer las siguientes reflexiones/ conclusiones:

1. Los ganaderos que intervienen en el reportaje de este medio no se han leído esas declaraciones, o no las han entendido (esto me resulta más difícil de creer).

2. Alguien les ha hecho un resumen apresurado de las mismas, o se han dejado llevar por el bulo fake engordado por, primero, las cloacas periodísticas y, después, rebotado por los que se consideran medios serios.

3. Los ganaderos de este territorio deberían empezar a tener más claro quiénes son sus verdaderos enemigos: las grandes superficies que fijan precios de la leche a pérdidas, las grandes empresas que invierten en esas macrogranjas que después producen carne a un precio que casi imposibilita la competencia con la producida en las explotaciones de extensiva, ... Y los partidos políticos y medios de comunicación que aprovechan la mínima ocasión (aunque en este caso ni se hubiera producido) para señalar un enemigo ficticio pero muy a mano. ¿Saben cómo se llama eso? Sí, populismo. Y hoy está donde está. Ayer tuvieron una muestra. Despierten, por favor.

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