miércoles, 2 de octubre de 2024

DE NUEVO POR AQUÍ... SIEMPRE QUE HAYA ALGO QUE DECIR.

     Tenía abandonado este blog desde hace tiempo por diferentes circunstancias personales. Quizás ya es hora de volver a retomarlo, no sea que nos coja la Tercera Guerra Mundial (¿comenzó ya o seguimos esperando?) sin nada escrito y a mí con estos pelos.

    Y retomamos las entradas al día siguiente de que Irán haya lanzado unos 180 misiles balísticos sobre algunas de las bases militares israelíes en respuesta al asesinato en su país del líder de Hamás Ismail Haniya y, también, a los pocos días del asesinato en Líbano del líder de Hezbollah Hassan Nasrallah, ambos muy probablemente cometidos por el EDF israelí o, en su caso, el Mossad, lo que viene a ser lo mismo.

    Y todo ello cerca de cumplirse un año (7 octubre 2023) desde los ataques de Hamás sobre territorio ocupado por Israel (1.400 muertos, algunos causados por el propio EDF en su contraataque, y dos centenares de rehenes capturados por Hamás) lo que desató una furiosa venganza del estado sionista que ha llevado a arrasar la franja de Gaza, asesinando a más de 40.000 palestinos, la mitad de ellos mujeres y niños, sin tener el más mínimo remordimiento en bombardear hospitales, escuelas y campos de refugiados a lo largo y ancho de todo ese territorio, incluyendo también Cisjordania. Para rematar, en las últimas semanas ha iniciado el bombardeo e invasión de un estado soberano (Líbano), poniendo a toda la región al borde de un conflicto gigantesco.

    No voy a entrar (hoy no) en la historia del "conflicto". Quizás haya oportunidad más adelante. Hoy quiero poner el foco en nosotros, en este mundo occidental que asiste impasible a este genocidio, que toma partido por el genocida, al que sigue vendiendo armas y al que sigue queriendo imponer como un actor responsable en la esfera de las relaciones internacionales. Ese mismo mundo occidental que descubrió con horror los campos de exterminio nazis hoy se ha acostumbrado a las imágenes de un territorio, Gaza, arrasado por "los amigos", a los que se consienten todo porque, dicen, son un estado democrático rodeado de estados "gamberros". ¿De verdad tanto hemos perdido en Occidente el concepto y esencia de democracia como para justificar que un estado arrase población civil y lo justifiquemos?

Finalizo. Si permitimos a nuestros gobiernos "democráticos" seguir en esta línea (el español es un ejemplo virtuoso del cinismo en las relaciones internacionales; otros no se ocultan apenas ya) sólo queda esperar el final, más o menos cercano, más o menos abrupto y violento, de esta civilización occidental que hace ya tiempo perdió sus referencias morales, cuando no se situó, directamente, en el lado incorrecto de la Historia. Y como profesional de esta disciplina, ya les digo yo que les ocurrió, siempre, a los imperios que degeneraron moralmente. Desaparecieron. Y recuerden, nosotros formamos parte de ese "imperio". Vayan tomando nota.


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33 años dedicado a la enseñanza de la Historia.